Hoy día, sin que nos queramos dar cuenta, la célula de la sociedad llamada familia se esta desintegrando rápidamente, cada vez hay mas divorcios, mas madres solteras, más niños sin padres, sin madres, y en muchas de las ocasiones sin nadie.
La situación de la económica de las clases media-alta, media-baja y baja obligan, en el mejor de los casos, a que los padres (uno u otro, o los dos) no puedan hacerse cargo de la familia. Ya no existe un rol social padres-hijos, pues terminan desligados y los hijos criados a lo mucho por los parientes cercanos.
Creo que esto mismo ha orillado a la creación de un nuevo sector social llamado Dinks (Double Income No Kids), “se trata de adultos jóvenes que viven en pareja, con un sueldo independiente y que no tienen hijos”[1], es decir, solo viven y trabajan para ellos.
No soy un sociólogo de profesión, sin embargo, aprendí desde mis primeros pasos por la instrucción pública, que la familia es la base de la sociedad, y si la primera se desintegra, ¿Qué será de esta ultima?
Escribo esto un tanto desesperanzado, pues se que la globalización y la industrialización que vivimos solo llevan al mismo camino, o quizás uno peor: la destrucción de las relaciones humanas.
Tal vez, por el momento y debido a mi falta de conocimiento, no puedo idear algún desarrollo empresarial que permita realmente la conciliación entre vida y trabajo, sin embargo, estoy seguro de que al menos en los negocios que sean míos o donde este a mi alcance, tratare de que las personas a mi cargo y que realizan en si la existencia misma de las organizaciones puedan desarrollarse de manera congruente en el trabajo, con la familia, y por que no, desarrollarse y crecer ellas mismas.
Aunque se que este es uno de los objetivos del desarrollo organizacional, hasta ahora no conozco una empresa o institución que lleve a cabo planes de conciliación trabajo-familia, si ustedes saben de alguna, les ruego me lo hagan saber.
Espero que algún día podamos realizar esta Utopía Empresarial.
[1] Clavijo Daniela e Maubert Ilse. 2008. Por que te conviene agudizar tus oídos. Entrepreneur. 16(3):81-82
0 comentarios:
Publicar un comentario